La idea original de realizar observaciones astronómicas en el Hotel surgió de Pablo Perriello, propietario de Saint Joseph Tours, en 1997. En un principio se utilizaba un telescopio portátil que se llevaba hasta el Hotel.

El marco del Hotel, enclavado en el Cañón del Río Atuel, frente a la presa hidroeléctrica de Valle Grande, brinda una oportunidad inmejorable de conocer uno de los cielos más hermosos del mundo, principalmente por su inigualable transparencia y por la estabilidad de sus imágenes. Esto es así porque se dan particulares condiciones climáticas, orográficas y por la flora del desierto del Sur Mendocino, sensiblemente diferente de otras regiones del mundo. 

El Hotel ha sido marco de diversas reuniones científicas y, en los años 2000 y 2004, fue sede de sendas Jornadas de Observación Astronómica de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA), hermosas Fiestas de Estrellas (Star Parties).

Actualmente, el Hotel ha ampliado el observatorio dotándolo de una enorme pantalla de proyección de aproximadamente 5 x 4 metros y equipamiento multimedia para formar lo que se ha dado en llamar el Centro Astronómico "Cruz del Sur". El Centro desarrolla su actividad una o dos noches a la semana, durante la temporada alta.

El programa de la actividad comprende una breve conferencia audiovisual gravada, a nivel divulgación, sobre temas de Astronomía que se proyecta sobre la gran pantalla. La conferencia está pensada para que sea de fácil acceso a todo tipo de público.

La actividad continúa con una charla, en vivo, bajo el oscuro cielo, donde se brinda, al turista, una detallada explicación del cielo, mostrando las constelaciones y las estrellas, para orientarse y descubrir los fascinantes conocimientos que provienen de nuestros ancestros, así como los últimos descubrimientos de la ciencia del cielo. Esta charla es apoyada por un programa planetario de computadora que se proyecta sobre la gran pantalla, que permite identificar, con mayor facilidad los objetos del cielo real, a través de lo que se observa en el cielo virtual. Esto es similar a lo que ocurre en un planetario, como los de Buenos Aires y Rosario, pero con la enorme ventaja de contar con ambos cielos, simultáneamente.

Si la Luna o los planetas Júpiter o Saturno se encuentran sobre el horizonte, el espectáculo sigue con la proyección, sobre la gran pantalla, de las imágenes, en vivo, que el telescopio capta de ellos.  

El programa se cierra con la observación de los objetos celestes a través del telescopio, con los ojos.

Cúmulos, nebulosas, estrellas dobles, planetas y galaxias nos deslumbran con su maravilloso espectáculo, en un cielo límpido y oscuro. 

Un turista, Claudio Low Tanne, con una cámara digital apoyada en el ocular del telescopio, realizó estas imágenes de la Luna y de Júpiter, en el Hotel, utilizando el telescopio de 200 mm.